
La dimensión desconocida
Autor: Nona Fernández
Número de Páginas: 233La traición, la locura, la mala conciencia de un personaje insondable en manos de una narradora inteligente y sofisticada
La traición, la locura, la mala conciencia de un personaje insondable en manos de una narradora inteligente y sofisticada
En "La dimensión feliz y otros destinos para navegar" Adrián Mateos nos lleva a un viaje de autodescubrimiento expuesto en varias anécdotas, siendo la más importante de ellas, "La Dimensión Feliz", novela que nos narra la historia de un hombre que encuentra a un guía de otra dimensión, quien lo guiará a través de todas sus vidas para encontrar la felicidad y la libertad, en una aventura que abarcara todas las posibilidades de sus vidas como ser humano. El autor nos llevará de la mano por una serie de narraciones sobre liberación, desapego y felicidad, invitándonos a la reflexión y a la alegría del vivir, siempre con la premisa de que "Una vez que se suban al barco, ya no querrán dejar de navegar".
La capacidad de construir experiencia personal a partir de la experiencia simbolizada en el texto literario es la principal fuente de satisfacción para el lector. Pero hay distintas maneras de leer, y no todas conducen a ese «vivir» a través de la literatura. Con un enfoque etnográfico, basado en abundantes testimonios de profesores y alumnos, en este libro se analizan los modos de hacer actuales en la enseñanza literaria. Del estudio se desprende la idea central de que el componente emocional es intrínseco al acto de leer, no un mero añadido para hacer la lectura más «placentera». De las conclusiones obtenidas, sustentadas en un marco teórico en torno al concepto de experiencia de la lectura, complementario al de competencia literaria, se derivan unas bases para una educación literaria que recupera su esencial dimensión humanizadora.
A estas alturas está claro que los dos grandes paradigmas que rigieron las economías occidentales del siglo XX, el keynesianismo y el neoliberalismo, ya no sirven para inspirar el nuevo siglo que hemos comenzado. Es necesario reinventar la economía y, por lo tanto, una de sus células básicas, la empresa, empantanada en una organización jerárquica del trabajo, una relación con la comunidad puramente interesada y una percepción ultracompetitiva del mundo de los negocios. Frente a esta situación, nacen por doquier brotes de una nueva forma de hacer empresa al servicio de las personas. Estos brotes pertenecen a menudo a una especie muy enraizada, que se ha mostrado particularmente resistente a los embates del capitalismo: la cooperativa. Hoy, además, lo acompañan las ramas de nuevas especies: sociedades laborales, organizaciones sin ánimo de lucro, etc. Todas estas empresas conforman una capa fértil, un nuevo espacio emergente todavía en estado magmático, al que llamamos economía social o solidaria. Vivimos en un periodo de cambios acelerados. No nos vemos capaces de predecir cómo será el mundo de los próximos decenios, pero sí sabemos que diferirá mucho del...
La responsabilidad social está generando uno de los debates más acuciantes en el panorama actual de la reflexión en torno a la empresa. Sin duda porque, a la par que una moda, está revelando la necesidad de asumir un nuevo modelo de gestión empresarial que tiene varias y variadas implicaciones. Atender a todas ellas es materialmente imposible en los límites de un libro como éste. Es por ello que, ante la necesidad de hacer acotaciones y delimitar el ámbito sobre el que se pretender reflexionar, se centra, de manera específica, en una de las dimensiones de la responsabilidad social: la dimensión ética. Esta dimensión es además a la que, curiosamente, menos atención y reflexión se le ha dedicado. Decimos curiosamente porque la responsabilidad social nace al amparo de la ética de empresa (Bussines ethics) y en una cierta confusión inicial con la misma. Sin embargo, quizá por la necesidad de diferenciar ambos componentes, ambas líneas de reflexión se han alejado hasta el punto de que la dimensión propiamente ética no está siendo analizada ni en profundidad ni, sobre todo, adecuadamente.
La interacción entre la realidad circundante (estados de cosas) y el sujeto participante (estados de ánimo) la establece en este caso la semiótica. Greimas y Fontanille estudian esta relación a niveles extremos de abstracción, para ejemplificarla después en los casos concretos de la avaricia y de los celos. La fábula de la lechera y los casos paradigmáticos de Otelo, Roxane (en Bajazet), Swann y La celosía sirven de ilustración a esta semiótica en “escala humana”.
La posibilidad de ser humano sólo se realiza de forma efectiva por medio de las relaciones con los demás. Individuo y sociedad, constituyen inevitablemente dos caras de la misma moneda. Y es a través de las interacciones sociales como transformamos paulatinamente un organismo puramente biológico en el ser social que somos. En este proceso la educación es protagonista, tratándose de un fenómeno a la vez individual y social, es decir, de carácter psicosocial. De este modo debemos entender que son los grupos los que condicionan la naturaleza humana por medio de los procesos educativos que ellos mismos desarrollan. Se puede afirmar que el ser humano llega a serlo a través del aprendizaje. Además, cada vez resulta más evidente que la educación es un asunto esencialmente psicosocial y que este hecho es aceptado por distintos investigadores y profesionales del ámbito educativo (maestros, educadores, psicólogos, sociólogos, ...), por lo que cada vez se difuminan más las formas entre las que pueden denominarse disciplinas educativas, construyéndose una imprescindible transdisciplinariedad. Este libro responde a la reflexión y al esfuerzo de distintos profesionales...
Aristóteles tenía claro que somos seres sociales por naturaleza. Para Bertrand Russell, los seres humanos aislados, sin contacto con nuestros semejantes, deshumanizamos nuestra individualidad. Efectivamente, numerosas investigaciones respaldan estas afirmaciones y constatan la determinante influencia del contexto (familiar, social, laboral, económico, político, etc.) en la trayectoria vital de las personas. Todo ello debería llevarnos a considerar la dimensión social, no sólo en teoría, sino también en la práctica, cada vez que se estudia al sujeto humano desde cualquier perspectiva disciplinar y en cualquier ámbito profesional.No obstante, en el ámbito de la Salud Mental, salvo loables excepciones, el predominio del biologicismo tiende a relegar a un segundo plano la dimensión psicológica y, muy especialmente, la dimensión social. A veces, hasta llegar a prescindir de ellas.No darle a la intervención socioterapéutica el valor que realmente posee, puede redundar en una gravísima negligencia, ya que no sólo se pervierte el proceso psicoterapéutico sino que se fomenta una mala praxis entre los miembros del equipo multidisciplinar. En este sentido, el Trabajo...
La sostenibilidad económica pretende impulsar nuestro crecimiento. Significa que las generaciones futuras serán más ricas, tendrán una mayor renta per cápita y calidad de vida. Cierto es que algunas de las tecnologías fueron mal vistas al principio porque eliminaban puestos de trabajo; quizá algunas sí, pero el ordenador sustituyó a la máquina de escribir e hizo que los trabajadores utilizasen de forma más eficiente su tiempo. La sostenibilidad social pretende que las generaciones futuras tengan más oportunidades que las generaciones anteriores. Pretende sentar las bases para una mejora de nuestra economía mediante incentivos para el progreso de la educación, del conocimiento y de la innovación. Para ello hay que mejorar la prevención de riesgos laborales, la distribución de la renta, la racionalización de horarios, favorecer la conciliación laboral, el apoyo de la comunidad local, a los dependientes... La sostenibilidad medioambiental pretende garantizar una gestión responsable y sostenible de los recursos naturales. Quiere legar a las generaciones futuras un entorno natural igual o mejor que el actual, lo que implica reducir las emisiones contaminantes, una...
Toda persona vive al mismo tiempo en la realidad y fuera de ella, en una realidad virtual. Esta última es la dimensión narcisista de la personalidad, que está sometida exclusivamente al principio del placer y de la satisfacción inmediata del deseo. Existe siempre, en proporciones variables, un funcionamiento narcisista que coexiste con un funcionamiento objetal normal, lo que supone una escisión evolutiva y defensiva de la personalidad. La parte objetal reconoce la realidad y la diferencia entre sujeto y objeto; la parte narcisista vive en una realidad virtual, se rige por el principio del placer y no reconoce la diferencia entre sujeto y objeto: es la dimensión narcisista de la personalidad. Este libro, que se ha enriquecido con ejemplos clínicos, propone un modelo de comprensión original del narcisismo, de las organizaciones narcisistas patológicas y de su manifestación en los tratamientos psicoanalíticos y psicoterapéuticos.
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