
La Crónica de San Juan de la Peña, conocida también en la Edad Media como Coronicas de los senyores reyes d’Aragón, fue redactada a instancias de Pedro IV el Ceremonioso en la segunda mitad del siglo XIV. La redacción inicial fue en latín y posteriormente se tradujo al catalán y al aragonés. La versión en aragonés parece que estaría ya redactada hacia 1372. Se trata de uno de los textos en aragonés clásico más interesantes que suma a su importancia histórica su interés lingüístico. Francho Nagore Laín publicó en 2003 un amplio estudio de los aspectos lingüísticos de este texto que incluía la grafemática, la fonética, la morfología, la sintaxis y la formación de palabras. Ahora publica en este volumen el vocabulario completo de dicho texto, que consta de 2285 entradas. Cada una de estas incluye, además del lema o encabezamiento, la categoría gramatical, su significado en castellano, ejemplos del texto para cada una de las acepciones, comentarios sobre la etimología, las palabras del mismo origen en otras lenguas románicas y la documentación sobre el registro de las voces tanto en aragonés medieval como moderno. Es, pues, una contribución al...
El ensayo es el más moderno de los géneros y el que da cauce al fervor crítico propio de la modernidad. En la escritura ensayística se combinan un estilo persuasivo con un pensamiento exploratorio, la expresión de la subjetividad del escritor con el análisis de las incontables parcelas del mundo objetivo, el compromiso moral y el debate intelectual: la realidad común es examinada desde el observatorio singular del ensayista. Frente a las tradiciones francesa e inglesa, que lo dieron a luz y lo hicieron crecer, el ensayo llegó con retraso a España, acompasado con la crisis sociopolítica y cultural del cambio del siglo XIX al XX. Este libro traza su evolución durante los últimos cien años, conciliando la crónica de las ideas con el análisis de las trayectorias de más de un centenar de ensayistas españoles: la primera hornada, la de Ganivet y Unamuno, de Azorín, Ortega, Azaña, Antonio Machado o Bergamín; la de quienes, tras la guerra, sufrieron los rigores del exilio, como Zambrano, Ayala, Salinas o García Bacca; la de los que tuvieron que aprender a subsistir bajo la dictadura, se llamaran Benet, Martín Gaite, Sánchez Ferlosio o García Calvo, o Lledó,...
España ha sido históricamente terreno abonado para el antiamericanismo. Desde su declaración como país independiente en 1776, los Estados Unidos de América han suscitado en sectores importantes de la sociedad española numerosos prejuicios y aprensiones. A pesar de que en las últimas décadas el antiamericanismo ha formado parte, principalmente, de la cultura política de la izquierda española, en el pasado la situación fue muy distinta. Durante todo el siglo XIX y buena parte del XX, la animadversión hacia EE.UU. se concentró mayoritariamente en los grupos más conservadores de la sociedad, por motivos y razones de índole ideológica, cultural, política y religiosa. Hubo periodistas, intelectuales, diplomáticos y políticos que fueron gestando y difundiendo una serie de imágenes negativas sobre los norteamericanos que acabaron por condicionar en gran medida la mirada española hacia el otro lado del Atlántico. La presente obra, en formato digital, analiza este proceso, la historia del antiamericanismo conservador español, cuyo cénit se alcanzó en el primer franquismo y cuyas consecuencias todavía se dejan sentir en la actualidad.
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